Camino desafiante para Codelco

Codelco es la única empresa minera en el mundo desde la oleada nacionalizadora de los sesenta que aún es propiedad del Estado. Hoy, tras décadas gozando de altas leyes, de poner en marcha nuevos yacimientos y generar excedentes cuantiosos, enfrenta una situación radicalmente distinta y muy compleja.

Existe una fuerte presión de costos debido a la caída en sus leyes de mineral, yacimientos más profundos, minerales e impurezas más duras y complejas de procesar, junto con regulaciones ambientales y acceso a recursos hídricos cada vez más estrictos. La operación de Codelco se ha encarecido más y más, sumado a la necesidad de grandes inversiones para completar los denominados “proyectos estructurales” y mejorar infraestructura muy antigua: plantas y fundiciones, entre otros. Un ejemplo de estos problemas es la baja de 106.000m o 12% en la producción de Codelco en el primer semestre de 2019, comparado con el mismo período en el año anterior.

La falta de financiamiento adecuado de la empresa debido al retiro de todas sus utilidades por parte del Estado, ha generado tremendas desventajas competitivas, en comparación con las prácticas de una adecuada estrategia y gestión empresarial de otras empresas mineras.

De esta forma, al deterioro de las condiciones naturales debemos sumar las dificultades para manejar esa nueva realidad causada por una política de Estado que no ha variado desde la creación de la empresa. El dueño de Codelco se resiste a ver este nuevo escenario y continua exigiendo los beneficios de siempre por la vía de los excedentes.

Es una ecuación muy difícil de resolver. Por una parte se le exige a Codelco comportarse como una institución sujeta a todas las restricciones de un servicio público y, al mismo tiempo, que tenga los rendimientos de una empresa competitiva. Los niveles de libertad en términos de políticas para que la gestión de la empresa se adecúe a las nuevas exigencias del mercado son mínimos.

Es evidente la necesidad de un gran acuerdo nacional para continuar mejorando el Gobierno Corporativo de Codelco, de modo que pueda aprovechar el enorme potencial que significa ser la empresa con las mayores reservas de cobre del mundo. Este acuerdo debe darle las herramientas políticas y financieras para que pueda operar e invertir según el plan de desarrollo que se defina y, al mismo tiempo, que existan mecanismos potentes, rigurosos y eficaces para controlar y evaluar el desempeño de la empresa.

El reciente nombramiento de Octavio Araneda como Presidente Ejecutivo de Codelco, simultáneo a la derogación de la Ley Reservada del Cobre, constituye una excelente oportunidad para pensar el futuro de la empresa en una perspectiva de continuidad y cambio.

La competitividad de Codelco, bastante deteriorada en los últimos años, a pesar de los esfuerzos realizados, indica que se requieren cambios mayores para revertir la tendencia. Generar las confianzas necesarias implica mejorar la gestión interna como una prioridad, lo que va a requerir de apoyo político para generar la voluntad de cambio. En la medida que se avance, el apoyo monetario será indispensable, de manera de aliviar la deteriorada situación financiera de Codelco, para enfrentar el desarrollo y la ejecución de sus proyectos estructurales y el pago de intereses sobre de la alta deuda existente.

La destacada trayectoria de Octavio Araneda en Codelco, su profundo conocimiento de la realidad de la empresa y de los aspectos positivos que deben mantenerse, constituye un capital indispensable para acometer seriamente la transformación requerida.