Columna de Opinión de Leopoldo Reyes, Presidente Directorio CESCO, publicada en Diario Financiero.
ENAMI habilitó el desarrollo de la pequeña y mediana minería, en épocas en que el grueso de la producción estaba en manos de empresas extranjeras, que operaban desde mina hasta fundición sin posibilidad de acceso a productores locales. Así, la operación de una fundición nacional, junto con la conformación de los poderes de compra y la creación de plantas de beneficio, permitió generar una cadena productiva de valorización desde el pequeño minero hasta la exportación de cátodos. Este círculo virtuoso se fue agotando por diversas causas: un mercado mundial atractivo para los concentrados, la irrupción de China como fundidor mucho más eficiente, caídas en las leyes del mineral,