«Debemos llevar los relaves a un nivel de riesgo socialmente aceptable»

“Nuestro desafío es llevar los depósitos de relaves al nivel de riesgo que la industria y la sociedad consideren como aceptable”

El consultor internacional Luis Valenzuela resume de este modo el estándar hacia el que deben avanzar los depósitos de residuos mineros y los tranques que los contienen, los cuales en la actualidad tienen un nivel de riesgo, a nivel internacional, mucho mayor que los tranques en otras industrias. El especialista asegura que falta avanzar hacia la implementación de nuevos estándares basados en las mejores prácticas internacionales – mucho más allá de lo que las legislaciones locales puedan exigir – tarea que se debe realizar  en conjunto con todos los stakeholders relacionados con la minería.

En una interesante presentación en el III Seminario Internacional de Minería y Sustentabilidad en el marco de Cesco Week 2019, que abordó en profundidad los desafíos del manejo de relaves mineros, Luis Valenzuela aseguró que para enfrentar los riesgos es vital ir más allá de las exigencias legales que en general apuntan al cumplimiento de condiciones mínimas. El consultor sostuvo que es una exigencia ética que las empresas incorporen en el diseño, construcción y gestión de relaves, todas las recomendaciones y buenas prácticas propuestas por los diversos organismos internacionales que se preocupan de la seguridad de tranques.

“Cuando ocurre un desastre, después de un tiempo nadie recuerda a una compañía en particular, sino que es la confianza en toda la industria la que se deteriora”, sostuvo, por lo que es necesario instalar el tema de la seguridad de los depósitos de relaves al más alto nivel de las empresas mineras, incluyendo los directorios de las mismas.

En entrevista con Cesco, Luis Valenzuela se refirió a los principales riesgos que existen actualmente en los depósitos de relaves y a los pasos que Chile y otros países mineros deben seguir para lograr un nivel adecuado en relación a la seguridad de sus presas de relaves o tranques.

¿Cuáles son los principales riesgos que actualmente hay en los depósitos de relaves?

El mayor riesgo que tiene la minería en general, y la chilena en particular, es la posibilidad de otras fallas de depósitos de relaves como las que ocurrieron en Brasil en 2015 y 2019 y varias otras en esta ultima década en varios países del mundo. En este sentido la estadística mundial nos da una clara señal de alerta. Las tranques de relaves han fallado con una frecuencia del orden de 1 en mil, mientras que las presas para agua con diversos fines como riego, agua potable o generación eléctrica han fallado con una frecuencia menor, alrededor de 1 en 10 mil. Pudiera interpretarse entonces que las presas de los depósitos de relave son inferiores en calidad a las represas para agua, estadísticamente hablando. Por tanto, lo que tenemos que hacer es un cambio significativo para asegurarnos de que nuestros tranques de relave presentan un nivel de riesgo equivalente al de otras industrias, un nivel de riesgo que sea en general aceptado por la sociedad. Es probable que con los desarrollos de los últimos años el nivel de riesgo de los depósitos de relaves sea menor al que muestra la estadística de fallas mencionada, pero el problema es que no conocemos ese nivel y es probable que muchos de los depósitos de relave no lleguen a ese nivel de riesgo que se considera aceptable.

¿Cómo se puede enfrentar este problema?

La única manera de tomar acción es saber cuál es el nivel de riesgo que presenta cada presa, principalmente aquellas cuya falla puede traer graves consecuencias, no sólo económicas, sino también en términos de vidas humanas y/o de contaminación  Hasta hoy la seguridad que ofrecen los tranques de relave es medida no a través de la determinación del nivel de riesgo, sino más bien a partir de conceptos determinísticos, es decir, se mide o calcula la seguridad a partir de un modelo físico y de la definición de parámetros físicos seleccionados como representativos. Como ejemplo del criterio determinístico se puede mencionar el concepto de factor de seguridad. En general la legislación requiere que ese factor sea superior a 1.5, es decir, que las fuerzas resistentes ante un deslizamiento, por ejemplo, sean un 50% mayor que las fuerzas solicitantes que la llevarían a una falla (condición en que ese factor sería 1.0). Sin embargo, dependiendo de qué presa se trata, en términos de diseño, construcción y operación, un mismo valor del factor de seguridad puede estar asociado a distintos niveles de riesgo. Para mejorar sustancialmente la seguridad de las presas de relaves, en especial aquellas cuya falla puede tener consecuencias graves, es necesario verificar cual es el nivel de riesgo que presentan esas tranques a través de un análisis cuantitativo formal del riesgo. Si el nivel de riesgo calculado para una presa en particular es mayor a lo requerido se deberán tomar medidas y acciones modificando lo que haya que cambiar para llegar a un nivel aceptable.

¿Cuáles son en concreto las propuestas para disminuir el riesgo?

Hay seis actividades básicas, y el cálculo de riesgo del que estábamos hablando es la última de ellas. Primero se debe tener una ingeniería adecuada, y no una que solo cumpla con la legislación local, sino que vaya más allá y cumpla con las mejores prácticas a nivel internacional. Evidentemente en el proceso de la ingeniería también hay que incluir un análisis de riesgo. Después, lo mismo se repite para la construcción y operación; hay que seguir las mejores prácticas internacionales y evitar que aumente el riesgo durante la operación, donde si no existe la supervisión adecuada puede que no se respete todo lo que se consideró en la fase de diseño. Luego viene el monitoreo: a través de instrumentación ir midiendo para ver qué condición puede haber cambiado y poder reaccionar a tiempo. Después hay una condición muy importante que es la organizacional; se ha visto que muchas de las fallas han ocurrido porque hay una organización humana donde no se posibilita o facilita el control y la toma de decisiones, así como las medidas correctivas a tiempo. Por lo tanto, hay que introducir una serie de medidas y controles que permitan neutralizar ese peligro, cosa que felizmente ya se está haciendo en varias compañías en Chile, como Antofagasta Minerals, Codelco, Anglo American y otras, así como también a nivel internacional. Junto con lo anterior está el análisis de riesgo, que permite  administrar el riesgo y que es necesario determinarlo continuamente, hacer los cambios y tomar las medidas necesarias de tal manera de estar seguros de que la presa o el depósito de relaves está en un nivel de riesgo que es tolerable desde el punto de vista de la compañía y también desde el punto de vista de lo que exige o acepta la sociedad, la que evidentemente espera el nivel más seguro que sea racionalmente posible. Considero que no es aceptable que la minería adopte niveles de riesgo más altos que los exigidos a otras industrias para estructuras similares, y ese es el desafío: conseguir que nuestros depósitos y presas de relaves presenten un nivel de riesgo que la industria y la sociedad consideren como aceptable.

Lo que se ha visto en el Seminario – Programa Tranque, monitoreo de relaves, la nueva Política Nacional de Relaves que está impulsando el Ministerio de Minería ¿van en la dirección correcta?

Todas estas iniciativas van en la dirección correcta y todas apuntan a lo que ya me referí antes, pero lo que yo creo que falta en Chile es un trabajo coordinado y en conjunto entre todos los sectores: las instituciones, gobierno, mineras, empresas de ingeniería y universidades. Es lo que se está haciendo en el caso específico del proyecto Tranque, pero ese mismo tipo de esfuerzo conjunto debería ser aplicado también a otros aspectos relacionados con los residuos de la minería

Las leyes y reglamentos no deberían ser determinadas sólo por un sector – como un Ministerio o un servicio del Estado – y enviadas al Congreso para que después recién las conozcan las compañías mineras, la comunidad, las universidades, centros de investigación y otros actores interesados en la minería. El marco regulatorio tiene que ser elaborado en conjunto, y yo creo que un buen ejemplo de esto es lo que ha realizado Canadá.

Además, no necesariamente todos los aspectos, inclusive de detalles, deben formar parte de una ley, sino que se debe pensar en complementar las leyes necesarias con guías de procedimientos, elaborados en conjunto por todos los actores, y que todos deberían aceptar y respetar. Al ser documentos más flexibles no sería necesario esperar que se elabore   o modifique una ley para introducir modificaciones, ya que son procesos muy largos.

Pero al final debemos reconocer que la industria minera es y debe ser absolutamente responsable en relación a lo que ocurra con el manejo de los residuos mineros y por lo tanto tiene que tener una actitud responsable frente a la sociedad. No puede afirmar por ejemplo “no, es que la ley no me exige eso”. La minería tiene que tener la actitud de responder frente a la sociedad y decir “yo hago lo que me exige la ética y la mejor práctica internacional, además de la legislación local”.

Descargar presentación de Luis Valenzuela – Cesco Week Santiago 2019